En este sentido, las Tecnologías de la Información y
Comunicación (TIC), se han convertido en una poderosa herramienta didáctica que
suscitan la colaboración en los alumnos, centrarse en sus aprendizajes, mejoran
la motivación y el interés, promueven la integración y estimulan el desarrollo
de ciertas habilidades intelectuales tales como el razonamiento, la resolución
de problemas, la creatividad y la capacidad de aprender a aprender.
La vida de hoy se lleva a cabo en un mundo multicultural e
interconectado. Este hecho exige a los sistemas educativos orientar la
educación para el desarrollo de capacidades, competencias, actitudes y valores
que habiliten a los ciudadanos a actuar en ambientes abiertos que exigen el
aprovechamiento y apropiación de los grandes avances de las Tecnologías de la
Comunicación y de la Información.
Dentro de este contexto, “la evolución de las tecnologías de
la información, particularmente a raíz del auge de los computadores y de las
redes teleinformáticas, ha puesto al servicio de la educación lo mejor de las
características del computador, es decir, dinamismo, interactividad,
almacenamiento y procesamiento de la información. Gracias a ella, estamos ante
una tecnología sin precedentes, sobre la cual se pueden construir sistemas
educacionales que contribuyan a la transmisión de la herencia cultural, la
promoción de nuevos entendimientos, la creación de modelos propios de
pensamientos” y que aseguren a las nuevas generaciones el
acceso al conocimiento actual, a la información, al desarrollo de competencias
de mayor alcance y a la comunicación con otros grupos, culturales y centros
académicos. Se impone entonces a las instituciones educativas la
responsabilidad de atender a este nuevo orden, ya que la sociedad de hoy les
exige que aseguren a todos los estudiantes poseer una cultura básica, ser
capaces de ampliar su aprendizaje, tener igualdad de oportunidades para
aprender y ser ciudadanos bien informados capaces de entender las cuestiones
propias de una sociedad que avanza hacia la tecnología.
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